lunes, 21 de septiembre de 2009

The long road



Me gusta esta foto. Tomada desde un ómnibus en el corazón del Rímac, rumbo -aparentemente- a los cerros. Nada más falso. Sólo camina rumbo al asfalto y más asfalto, casas a medio hacer, y polvo del camino. Un cerro evoca naturaleza, pero los que están en el corazón gris de la ciudad carecen de vida. De todas maneras, ver los cerros alivia un poco el alma, engañándola diariamente haciéndole creer que no ha perdido humanidad. La carretera luce limpia, oh milagro. El ómnibus parece poder llegar con facilidad a su destino. No se engañen, esa avenida apenas es un riachuelo, no saben lo que es cruzar los verdaderos - y pronto- únicos ríos malditos de la gris ciudad.