jueves, 16 de octubre de 2008

Drive Safety


Subi muy temprano al micro, en medio de una correntada de autos ansiosos de escapar antes que las 7 am los alcanzara. Y me encontré con una familia felíz. Ella gritaba desde la puerta y metía pasajeros a la fuerza; el conducía con calma (Oh sorpresa), evitando baches, evitando maniobras peligrosas o recoger pasajeros audaces (What??) y la razón de su civilizada conducta era que su hijo dormía sobre la tapa del motor.
Una maniobra descuidada, y el niño saldría volando por la ventana.
Pero él no iba a estar tan loco como para hacer carreras o adelantar al datero.
Bien, al menos por esa mañana me sentí muy segura al viajar por Lima.

domingo, 12 de octubre de 2008

Odio a Coldplay

Le sucede a muchos y como no soy extraterrestre me sucede a mi. Que detestes a un grupo musical simplemente porque es muy masivo, porque sus tonadas son inevitablemente contagiosas, porque los pasan una y otra vez en la radio y porque su primer hit es una cosa sosa como "Yellow". Que medio mundo crea obligatorio comprar el cd porque está de moda y etc etc, que los pongan como música de fondo en las escenas más "dramáticas" o "introspectivas" de algunas series, y esas cosas por el estilo que ponen a ciertos grupos musicales extranjeros al mismo nivel que antiguamente la clase media peruana ponía a la música chicha ahora devenida en cumbia, o sea, la tristemente despreciada masividad. No escapo al deseo de muchos -otra vez lo masivo, por Dios- de querer escuchar solo exquisiteces musicales, mientras más rebuscados los grupos mejor, mientras solo puedan ser bajados por internet mejor aún. Pero esta especie de snobismo tiene muchas trampas. Una, que de pronto encuentras una canción única y maravillosa -al menos por un tiempo- y como no pertenece al mainstream pues ni Polvos Azules ni los puestos más caletas de las Galerías Brasil te pueden salvar de la sequía auditiva XD y sólo queda la resignación, una buena memoria y a veces youtube (para poder tararearla...hasta que otra ocupe su lugar!). Ni siquiera internet posee todas las canciones del mundo.

La otra trampa es más simple pero contundente. Me pasó con las primeras cancines de mi odiado Coldplay. Yellow era intragable, así que ni siquiera asomaba por mi mente la idea de comprar su cd, un cd además corrompido por el éxito. Y un día asomó una nueva canción, hecha a la medida para esos locales donde uno se toma un café o una cerveza tranquilamente mientras conversa. "Trouble" era pesadamente melancólica y con un piano elegante al inicio que, una vez más, enganchaba a las masas. Pero el quid del asunto es que un día me tomó por asalto, por sorpresa, sin avisar y con alevosía. Un día de esos que tienes la radio prendida para que tu drama del momento con sus consabidas reflexiones tenga una adecuada música de fondo. Y resulto que aquella cancioncilla encajaba perfectamente en el soundtrack de mis problemas de aquella época. No fue el piano, por supuesto, no esa maravillosa introducción, fue una frase de la canción -en medio de ella- la que de pronto me hizo volver el rostro hacia la radio. Maldita canción -me dije a mi misma. No era tanto un insulto como una alabanza.

Compré el fu**ing cd, pirata por supuesto, porque soy anárquica. Y luego odié a Coldplay por su exitoso y conveniente siguiente album. Y por alguna razón también lo adquirí -pirata, claro-. Y ha vuelto a suceder: odio el nuevo album de Coldplay, no me importa si lo produce Brian Eno, es solo una máquina de hacer hits and money grrrr pero una vez más una frase de ésta canción bastó para doblegar mi billetera:

O el grupo es bueno, o mi vida es complicada....">

sábado, 11 de octubre de 2008

Retroceder nunca, Rendirse jamás!!


El árbol caído que ven en la foto -no ese esqueleto que está en primer plano-, luchó hasta la última raíz para no ser vencido por las huestes malévolas de Castañeda. Hasta hoy me duele no haberle tomado una foto antes de su caída, allí en ese tramo de la avenida Colonial donde sobrevivía orgulloso, autosuficiente, alimentándose apenas de las garúas que caían en Lima, mirando indiferente a los aún más indiferentes vecinos, convencido que no necesitaba de la estúpida humanidad para sobrevivir, aunque ello significara ver cada día el árido paisaje sin fin de autos pasando una y mil veces por el mismo lugar, gente bajando y subiendo, subiendo y bajando de ellos, sin cesar, sin detenerse...
Oh pobre amigo. No podías imaginar que los autos, esos mismos que destruyen día a día el planeta, necesitaban más sitio para seguir su indetenible marcha, su absurda monotonía. Que el llamado Castañeda cree que abriendole surcos nuevos a esas amenazas de la humanidad va a hacer de esta una ciudad mejor. Obviamente no puede haber una Lima mejor, ni siquiera peor. Pero como estamos todos ciegos lo dejamos hacer. Él resisitió los primeros embates. Él y un amigo que también trato de resistir, nada menos que un papayero, ingenuo, cándido, que nació de casualidad al lado de esa avenida. Un día, mientras me aprestaba a abordar una combi -que me queda, aún soy parte del absurdo-, vi lesiones horribles en su tronco. Lo habían intentado derribar a hachazos. No habían podido, y los surcos del arma eran laceraciones blancas. ¿Es necesario que un árbol sangre como un ser humano para sentir su dolor? Tercamente se mantenía en pie. Cuando finalmente me decidí a tomar la foto, sólo encontré los restos de su cuerpo. Se habían ensañado con sus raíces, las habían esparcido alrededor, y su cuerpo mutilado estaba regado por un buen tramo de la avenida. Lance una pequeña exclamación cuando baje de la combi criminal en que venía y vi ese horror. Algunas personas, en el paradero, dirigieron sus miradas hacia donde se dirigían las mías, pero ellos observaron una pequeña máquina excavadora que un par de truhanes manejaban divertidos. Me quede mirando el destrozo un rato, y luego tomé la foto. Nunca más lo vería al llegar a casa, orgulloso e indiferente a la gente, inutilmente hermoso, los brazos abiertos al cielo y sus cabellos verdes ondeando alegre o melancolicamente.
Estúpida, estúpida humanidad!!!