domingo, 17 de agosto de 2008

Campo de almas


No le kiero hacer propaganda al festival de cine en Lima, ni nah de esas wadas. Pero igual leí las reseñas de las películas en exhibición, y me topé con un resumen sobre ésta película (que probablemente cuando la vea en el cine la disfrutaré con placer culposo). En pocas palabras, kien la resume explika la trama de la peli centrada en la vida de las tropas k se sacrifican -y sacrifican a otros- en la lucha contra las drogas en Brasil. Pero lo k me llamó la atención poderosamente es el siguiente párrafo: "Es curiosa la manera en que Padilha rinde tributo a los hombres que día a día arriesgan su vida por un ideal (...). En contraste situa a los estudiantes universitarios , "chicos bien", con sensibilidad social, que en medio de su inconsciencia contribuyen con el narcotráfico por el sólo hecho de comprar hierba u otras drogas."(Alberto Servat, El Comercio, 9 de agosto 2008). Es decir, el círculo se cierra, no hay escape.
A ke viene esto? A ke kada uno de nosotros, como esos estúpidos muchachos, contribuye y ha contribuido a la destrucción de este planeta. Todos los días parecen en la Tv y en el periódico propagandas de automóviles cada vez más potentes, caros e inútiles, carnadas poderosas para mucha gente fútil y necia, como la archiconocida tribu de los que-cambian-de-carro-cada-año. Hace poko un compañero de trabajo compró un auto nuevo: una dizke 4 x 4, que tenía muchas trampas dentro como para engolosinar su fatuidad. Si todos los carros del mundo dejaran de existir en este mismo momento, igual la tierra estaría condenada, no hay marcha atrás; pero al menos habríamos comprado algunos años más. Pero en vez de detener la contaminación y nuestra autodestrucción, la gente cierra los ojos y ve su sólo lo k su estupidez quiere ver. Con buenas intenciones no salvaremos este planeta. Peor aún, aki no hay tropa de elite que al menos te de la ilusión de defenderte del final.

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